Extraña estampa la de encotrarte un quiosco abierto a las tantas de la noche,
como si viajaramos en el tiempo,
una pequeña tiendecita ilumina las oscuras calles del extraradio de Kyoto,
esa luz tenue blanca de fluosflorescentes , como de los '80,
con maderas roídas y la bicicleta como la que teníamos cuando éramos pequeños,
hacen que sea una estampa cálida y familiar.
Parece un badulaque roñoso, pero tiene algo tierno.
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